Ambassador destaca opciones de encuentros con la vida silvestre en el mar

Por Redacción PortalCruceros

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Ambassador Cruise Line

Uno de los grandes placeres de navegar, señalan desde Ambassador Cruise Line, es que nunca se está lejos de la naturaleza. Desde aves marinas siguiendo la estela del barco hasta ballenas saltando a lo lejos, cada viaje ofrece la oportunidad de presenciar momentos inolvidables con la vida silvestre y la línea detalla una guía para explorar regiones ricas en biodiversidad, desde las escarpadas costas de las Islas Británicas hasta los espectaculares fiordos de Noruega y las vastas aguas del Atlántico. 

Primero, conocidos cariñosamente como los “payasos del mar”, los frailecillos son un punto culminante de las travesías de primavera y verano por el Reino Unido e Irlanda. Sus coloridos picos y su peculiar carácter los convierten en los favoritos de los amantes de la vida silvestre.

Los mejores lugares para verlos son los acantilados de las Islas Farne, Staffa, en Escocia, y los acantilados de Latrabjarg, en Islandia, especialmente de mayo a principios de agosto, cuando los frailecillos anidan.

Parte de lo que hace a los frailecillos atractivos es su ciclo de vida. Pasan la mayor parte del año en el mar, regresando a tierra solo para la época reproductiva. Las colonias pueden contarse por miles, y verlos regresar a sus madrigueras con los picos llenos de anguilas de arena es un espectáculo digno de admirar. 

“Muchos huéspedes describen a los frailecillos como uno de los momentos más destacados de su crucero, lo que demuestra que a veces los encuentros más pequeños con la fauna silvestre dejan una gran impresión”, explican desde la naviera.

Ballenas y delfines en los fiordos noruegos es otro espectáculo recomendable. Las aguas profundas del país albergan una gran variedad de vida marina, desde orcas hasta ballenas jorobadas, por lo que navegar ahí ofrece la oportunidad de observar a estos magníficos animales con un telón de fondo de picos nevados y fiordos espectaculares.

Los mejores lugares para verlos son Tromsø, Andenes y las islas Lofoten y la mejor temporada, el invierno, que es la época ideal para que las orcas y las ballenas jorobadas sigan los bancos de arenques.

“Ver ballenas en libertad es una experiencia que te llena de humildad. El enorme tamaño de una ballena jorobada al levantar la cola antes de sumergirse, o las espectaculares marcas blancas y negras de una orca al salir a la superficie, son recuerdos para toda la vida”, recomiendan desde ACL. 

“Los delfines también alegran la vida saltando y jugando en la estela del barco, deleitando a los pasajeros con sus acrobacias. Estos avistamientos no están garantizados, pero eso los hace aún más especiales: nos recuerdan que somos huéspedes en su mundo”, indican también.

En tanto, las escarpadas costas de Escocia rebosan de vida. Al navegar por las Hébridas o las Orcadas, se pueden avistar focas grises descansando en las rocas, alcatraces zambulléndose en el mar y águilas planeando.

Orkney, Shetland y las Hébridas son el lugar clave y la mejor época, la primavera y verano para las aves marinas que anidan, y otoño para las crías de foca.

“La variedad de aves en Escocia es asombrosa. Los alcatraces se lanzan al mar a velocidades increíbles, los frailecillos anidan en madrigueras y las águilas marinas, con sus enormes alas, patrullan el cielo. Las focas grises y comunes se posan en playas de arena o islotes rocosos, siguiendo con su mirada curiosa a los visitantes. Para quienes se unen a las excursiones de observación de fauna en tierra, la experiencia es aún más íntima, con la oportunidad de ver colonias en acción y aprender sobre las iniciativas de conservación que protegen estos frágiles ecosistemas”, comentan desde Ambassador.

Encuentros en el Ártico con renos y más también está en la lista de la naviera turística. Los viajes por el norte no solo ofrecen vida marina, sino que también revelan la singular fauna terrestre del Ártico. Desde renos pastando en la tundra hasta aves marinas sobrevolando espectaculares acantilados, cada día ofrece algo nuevo.

Los mejores lugares para esta aventura son Alta y Tromsø, en Noruega, o las costas remotas de Islandia. Se recomienda ir desde finales de primavera hasta verano, cuando la vida silvestre del Ártico prospera.

“Viajar más al norte también ofrece la oportunidad de conectar con la vida silvestre en un contexto cultural. Las manadas de renos no solo forman parte del paisaje natural, sino que también son fundamentales para las tradiciones sami. Observar a estos animales pastar con la nieve como telón de fondo o ver aves marinas anidando en acantilados remotos hace sentir alejado del mundo moderno. Para muchos viajeros, son estos momentos de quietud, rodeados de vida silvestre, los que más perduran”, dice la línea.


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