La investigación criminal realizada por la Fuerza Policial de Nueva Gales del Sur, en Australia, sobre el brote de Covid-19 en el Ruby Princess, arrojó que el Ministerio de Salud de Nueva Gales del Sur (NSW Health, por sus siglas en inglés) cometió tres errores cruciales en el manejo de la enfermedad cuando la nave arribó a Sydney en marzo.
Los trabajadores de salud deberían haber priorizado las pruebas rápidas de Covid cuando el crucero recaló el 19 de marzo. Además, el personal sanitario abordó la embarcación para tomar más exámenes sin asegurarse de que los cruceristas estuvieran confinados en sus habitaciones a la espera de los resultado.
Asimismo, los pasajeros que dieron positivo a Covid-19 debieron ser puestos en cuarentena de manera segura para evitar la propagación de la enfermedad, consignó The Sydney Morning Herald.
Cabe recordar, que pese a que un gran número de pasajeros habían mostrado enfermedades respiratorias agudas durante las 24 horas previas al atraque del barco en Circular Quay, el crucero fue calificado de “bajo riesgo” cuando se acercaba a Sydney.
Al respecto, el abogado que asiste a la Comisión Especial de Investigación sobre el brote del Ruby Princess, Richard Beasley, indicó que el NSW Health debería haber solicitado un registro actualizado y el médico del barco, Ilse Von Watzdorf, debería haber proporcionado uno, o al menos haber realizado una llamada telefónica, para informar a NSW Health sobre los pasajeros con enfermedades a bordo.
Otro de los errores cometidos fue la demora en que se entregaron los resultados de las pruebas de Covid-19 y que se haya permitido el desembarco de los pasajeros.
NSW Health recibió los resultados de los hisopos retirados de Ruby Princess a las 3:00 am el 19 a las 10:00 am del día siguiente, un período de tiempo que fue calificado como”inaceptable” por Beasley.
Por su parte, el comisionado Bret Walker, consideró que si los pasajeros hubieran sido obligados a esperar a bordo, las pruebas podrían haber sido priorizadas en lugar de colocarlas en un estante”.
En esa línea, Beasley sostuvo que los cruceristas “no deberían haber desembarcado bajo ninguna circunstancia y, lo que se debió realizar, era que los hisopos que salieron del barco a las 3 de la mañana deberían haber sido probados inmediatamente. El panel de evaluación de salud debería haber abordado el barco y haber tomado muestras de todos los sospechosos de Covid-19, de inmediato. En ese punto, todos los pasajeros deberían haber estado confinados en sus cabinas”.
Cabe destacar que la investigación que busca establecer si el operador del crucero, Carnival Australia, había entregado información verídica sobre la condición de salud de pasajeros y tripulantes que llegaron a Sydney, continuará con más presentaciones este viernes y Walker entregará su informe el 14 de agosto.
