El alcalde de Niza, Christian Estrosi, exigió restricciones a el número de cruceros que lleguen a los puertos de la ciudad. Las molestias se deben al exceso de turismo y contaminación que hay en el verano, por eso piden evitar que los grandes buques de pasajero anclen en la pintoresca bahía entre Niza y Villefranche, conocida desde hace tiempo como un destino para los ricos y famosos, según informó el medio The Maritime Excusive.

“Turismo sí, sobreturismo no”, dijo la autoridad local durante su discurso anual de Año Nuevo en el que describió los objetivos políticos para el año 2025. Además, agregó que “Los cruceros que contaminan y dejan tirada a su clientela de bajo coste, que no consume nada y deja sus residuos, no tienen cabida entre nosotros”.

En un programa de radio local, el alcalde reafirmó su postura y dijo que se estaban realizando esfuerzos para “cancelar todos los cruceros que aún se puedan cancelar antes de redactar una orden de prohibición”, aunque aclaró que su posición era específicamente para detener los cruceros con una capacidad de más de 900 pasajeros o sobre 190 metros de eslora.

Esta prohibición apunta al segmento contemporáneo de la industria, con grandes navíos que transportan 4.000 o más cruceristas, mientras que busca mantener el negocio de las naves pequeñas y de ultra lujo, que están más en consonancia con la imagen que Niza quiere proyectar.

El alcalde sostiene que la restricción de tamaño eliminaría aproximadamente el 70% de los pasajeros de cruceros programados para desembarcar en Niza. “No quiero que estos hoteles flotantes echen el ancla en Niza”, acotó.

Sin embargo, un representante de la Cruise Lines International Association respondió que “no está previsto que ningún gran crucero haga escala en el puerto de Niza en 2025″. Explicó que aunque sean destinos populares (Niza y Villefranche), no cuentan con instalaciones de atraque, por lo que han experimentado un descenso en el número de escalas de buques de pasajeros, ya que los barcos deben llevar a los cruceristas a tierra.

Se estima que el puerto recibió alrededor de 650.000 visitantes a bordo de navíos y aproximadamente 100 visitas de cruceros, en comparación con las 200 o más de hace una década. Las proyecciones de los medios franceses indican que hay un total de 125 escalas de cruceros programadas para Niza en 2025.

Estrosi no pide que los cruceros dejen de visitar la Riviera Francesa, sino sólo su pequeña parte de la costa. Sugirió que los barcos podrían dirigirse a Cannes, que ya recibe más del doble de la cantidad anual de escalas de cruceros. El gran puerto comercial de Marsella también sería una posibilidad, pero se encuentra a unas dos horas en coche hacia el oeste desde Cannes, Niza y Villefranche.

Los funcionarios locales se apresuraron a señalar que, incluso si Estrosi pudiera conseguir apoyo para su prohibición, carece de autoridad para cambiar muchas de las visitas de los cruceros. La autoridad local sólo se extiende a 300 metros de la costa  y muchos de los grandes cruceros anclan más lejos, lo que los coloca en aguas controladas por las autoridades federales.

No es el primer intento de limitar la llegada de cruceros a la costa mediterránea de Francia. El grupo Stop Croisières, que se autodenomina ecologista, ha estado organizando protestas. El grupo utilizó tácticas de Greenpeace utilizando pequeñas embarcaciones para bloquear la llegada de cruceros.

Los defensores de los derechos de los cruceros señalan el impacto en Venecia, Italia, después de que la ciudad se viera obligada a prohibir los grandes cruceros, mientras que otros destinos como Key West, Florida, también tomaron medidas para bloquear los grandes barcos.

Bar Harbor, Maine, sigue enfrascado en un debate y acciones legales después de imponer una prohibición a la mayoría de los cruceros, mientras que otros destinos como Juneau, Alaska, llegaron a un acuerdo voluntario con la industria de los cruceros. Ciudades europeas que van desde Ámsterdam hasta Barcelona también han propuesto trasladar los muelles de cruceros fuera del centro de la ciudad.