Más de 1.900 pasajeros embarcados en el crucero Sea Princess debieron navegar diez días a oscuras e incluso realizar simulacros de emergencia debido al riesgo de abordaje por bandas de piratas en la zona del Golfo de Adén.
Según reportó el medio australiano News.com.au, cuando la nave ingresó al Oceánico Índico con dirección al Mar Arábico pidió a los pasajeros, que pueden llegar a pagar hasta 50 mil euros por un boleto, que apagaran las luces y la música sin explicar los motivos.
De acuerdo al medio digital, fue el capitán del buque, Gennaro Arma, el que dio a conocer a pasajeros y tripulantes que la acción de navegar a oscuras se debeía a la “amenaza real” de un ataque pirata.
Según el relato de los turistas, incluso llegaron a realizar un simulacro de ataque pirata. A cada uno se le asignó un lugar y una función por si el ataque se producía. En ese contexto, el capitán les aseguró que el barco podía escapar de cualquier ataque, pero que los oficiales estarían de guardia las 24 horas y las mangueras de incendios estaban listas en la cubierta por si eran necesarias.
Desde la compañía se asegura que mantienen todos los procedimientos de seguridad en cada uno de sus viajes y que estas medidas se realizan en cada uno de sus barcos cuanto “entran en zonas peligrosas”.
Este tipo de ataques ya se han producido contra cruceros. En 2009, el Melody repelió un acto violento a tiros y ese mismo año un crucero de la MSC escapó al defenderse de los piratas somalíes con armas y chorros de agua en las cercanías de Seychelles, a 600 millas de Somalia.