Por Redacción PortalCruceros
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Continuando el viaje residencial de Victoria Cruises, el buque atraca en puertos que nunca ha visitado, convirtiendo cada llegada en una auténtica aventura.
Dinamarca, Alemania, Países Bajos, Francia, España y Portugal reciben a los huéspedes, llevándolos hasta Gibraltar. La ruta es diversa, con metrópolis modernas, puertos históricos y encantadores pueblos costeros se alternarán a lo largo del camino. Ver cómo cambia el paisaje desde la cubierta y desembarcar en un destino completamente nuevo es una de las partes más hermosas del slow travel.
Primero, Aalborg, en el fiordo de Lim, en Dinamarca. Esta acogedora ciudad del norte de Dinamarca combina las tradiciones escandinavas con la vida urbana moderna. El puerto está relativamente cerca del centro de la ciudad, lo facilitará explorar los principales lugares de interés. Los paseos marítimos, el ambiente portuario y el Centro Utzon ya están en la lista.
Hamburgo, en tanto, es una de las puertas marítimas más importantes de Alemania, con un vasto puerto y un paisaje urbano único, llegar en barco será sin duda una experiencia visual, ya que las vías fluviales de la ciudad ofrecen una perspectiva única de la vida local, así como los almacenes de ladrillo de Speicherstadt y el bullicio del puerto.
Rotterdam, en los Países Bajos, es conocida por su arquitectura contemporánea y uno de los puertos marítimos más concurridos del mundo. Las icónicas casas cubo y el Markthal ya están en la mira de los pasajeros. A pesar de la escala logística del puerto, el centro de la ciudad es bastante accesible, lo que permite descubrir muchas cosas a pie.
Calais, en la costa francesa del Canal de la Mancha, es un importante centro de transporte, pero para estos viajeros, marca la puerta de entrada a una nueva experiencia francesa. El mercado de pescado local, el faro y las oportunidades para pasear junto al mar llaman la atención.
En tanto, el viaje a París comienza en el Puerto de Le Havre, donde el barco residencial de Victoria Cruises anclará durante varios días. Esta ciudad normanda es conocida por su arquitectura moderna y es una puerta de entrada esencial a la capital francesa. Con varios días para explorar la capital, hay tiempo no solo para los monumentos más emblemáticos, como la Torre Eiffel, el Louvre y Notre Dame, sino también para sus barrios más recónditos, con cafés, paseos por el Sena, galerías y librerías.
Cherburgo, ubicada en la costa de Normandía, es una ciudad portuaria estratégica, famosa por su historia marítima y naval, especialmente el museo marítimo Cité de la Mer.
Saint Helier, la capital de Jersey, en las Islas del Canal, un lugar especial con influencias de las culturas británica y francesa. Entusiasma especialmente este puerto por su encanto, sus mercados locales y sus senderos costeros. El pequeño tamaño de la isla facilita su exploración.
Saint-Nazaire, ciudad portuaria del oeste de Francia, es famosa por sus astilleros, pues ahí se construyeron muchos transatlánticos legendarios. Es fascinante ver cómo se fusionan la construcción naval del pasado y el presente, especialmente para pasajeros a bordo de un barco residencial. Es una opción ir al museo interactivo Escal’Atlantic.
Bilbao, por su parte, ha estado en la lista de deseos de los viajeros, no solo por el Museo Guggenheim, sino también por la cultura y la gastronomía vascas. La ciudad ofrece una atractiva mezcla de arquitectura moderna y tradicional
En tanto, Porto, una de las urbes más distintivas de Portugal, es una parada muy esperada. Ubicada a orillas del río Duero, es conocida por sus vinos, sus calles con encanto y sus edificios históricos. El puerto está más alejado del centro, se está planeando cómo llegar a la Ribeira.
Cádiz, una de las ciudades más antiguas de Andalucía, es una auténtica joya histórica y probablemente ofrezca sol a los pasajeros. La ciudad es fácilmente accesible desde el puerto, lo que hace que esta parada sea especialmente atractiva. Las playas, los callejones estrechos y los bares de tapas la convierten en un lugar particularmente encantador.
Finalmente, Gibraltar, la última parada de la ruta norte, es una visita obligada por su singular mezcla de culturas, su emblemático Peñón y sus monos residentes. El puerto es moderno y está bien equipado, y la ciudad es fácil de explorar a pie.
