HBO estrenará un documental sobre la labor que tuvieron que realizar los diversos integrantes de la tripulación del crucero Diamond Princess, luego que se detectara un brote de Covid-19 a bordo.
Y es que en el crucero iban 2.666 pasajeros y 1.045 miembros de tripulación, donde estos últimos pasaron de ser camareros, monitores y cocineros a empleados sanitarios sin resguardo de su integridad.
The Last Cruise, que tiene una extensión de 40 minutos, muestra lo vivido a bordo a partir de imágenes grabadas por los propios pasajeros y tripulación.
Las imágenes que ilustran la experiencia parten sobre todo de las grabaciones de varios pasajeros y muestra cómo a pesar de que el virus se propagaba, en el crucero se seguían realizando actividades, a pesar de que estaban generando, lo que fue en su momento, el mayor brote de Covid-19 fuera de China.
A medida que se daban a conocer noticias y casos, el crucero fue implementando medidas, como el uso de mascarillas, el lavado de manos y el testeo generalizado, hasta que el 15 de febrero entraba en cuarentena en las costas de Yokohama. Y mientras los pasajeros eran “protegidos” y forzados a aislarse en sus camarotes, la tripulación tuvo que convertirse en trabajadores esenciales.
Es a través de las grabaciones de los trabajadores que descubrimos la otra realidad que se vivió en aquel crucero, ya que tuvieron que seguir haciendo sus labores, atendiendo a los pasajeros, desinfectando durante las 24 horas del día, cocinando y entregando 3.000 comidas tres veces al día.
“Sentíamos que solo los ricos recibían cuidados. No solo los pasajeros estaban amenazados por el virus ¿entonces por qué seguíamos trabajando?”, cuestionó una repostera, ya que su único medio de protección era una mascarilla.
Esto, mientras los cruceristas se quejaban de la atención recibida, que ya “no eran tan amistosos como antes” y que esto se debía a que “ya no estaban recibiendo propina”.