El Puerto de Barcelona verá una cantidad de 800 cruceros llegar hasta sus costas durante la temporada de 2022, casi al mismo nivel que existía previo a la pandemia. El punto negativo es que esta recuperación no se verá reflejada en el número de cruceristas.
Según Metrópoli, los pasajeros se reducirán drásticamente, entre enero y mayo de 2019 llegaron 915.116 cruceristas. Este año, la cifra baja hasta los 434.692. Un descenso, por lo tanto, de la mitad de turistas.
El mismo Port Barcelona señala las restricciones por el coronavirus vigentes en algunos países y la guerra en Ucrania como dos de los motivos por los que el número de cruceristas ha bajado tan radicalmente este año.
Sin embargo, esta semana ha atracado uno de los cruceros más grandes del mundo, el Wonder of the Seas. Además, el Grupo MSC posicionará este verano los puertos de Barcelona y Valencia como puntos de embarque para su buque MSC Bellisima, un barco construido en 2019 con capacidad para 5.686 pasajeros que conectará con Genova, Livorno y Nápoles (Italia) y con el que la compañía pretende “acelerar sus procesos de crecimiento” en el mercado español. Por primera vez en la historia, la compañía tendrá dos barcos con puerto de embarque en la ciudad del Turia.
La consellera de Acción Climática, Teresa Jordà, ha asegurado que “el Govern está trabajando en un nuevo impuesto para cruceros que atraquen en el Port de Barcelona, una carga que se presentará en las próximas semanas en el marco de las medidas para regular las emisiones en la zonas portuarias de Cataluña”.
La creación de este tributo es la respuesta de la consellera a la misiva que el pasado 24 de mayo transmitió la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, a la Generalitat, al Ministerio de Transportes y al Port de Barcelona, en la que le propuso crear una mesa de trabajo de administraciones para limitar el número cruceros.