Por Redacción PortalCruceros.cl/ Agencia Xinhua
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El Puerto de Barcelona ha implementado políticas de sostenibilidad para atender a la industria de cruceros, según lo expresó la presidenta de esa entidad, Merce Conesa.
Las medidas comenzaron a aplicarse con la primera llegada del crucero Aida Nova, propulsado por Gas Natural Licuado (GNL), consignó la agencia china Xinhua.
De acuerdo con Conesa, la llegada del crucero supuso dos retos para el puerto: primero, que debe estar “preparado para cargar de GNL a un crucero en plena seguridad y facilitando la circulación” y segundo, el puerto aspira a conseguir “que no sea el único crucero y que vengan otros que utilicen este tipo de energía, que no genera partículas nocivas en el aire”.
El Aida Nova, perteneciente al Grupo Costa, llegó por primera vez en abril pasado al Puerto de Barcelona, el principal puerto de cruceros en Europa, donde hace escala cada viernes y cada 15 días recibe el suministro de GNL.
“Estamos comprometidos con el pacto mundial por la lucha contra el cambio climático, con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y por tanto tenemos un firme compromiso para que en los próximos años se produzcan una serie de cambios que permitan acoger los barcos más limpios y nuevos”, comentó la presidenta del Puerto de Barcelona.
“Somos el primer puerto europeo en cruceros, en acogida de cruceros y número de escalas. Estamos situados entre el cuarto y cinco lugar del mundo. Esto hace que debamos ser más exigentes”, agregó Conesa.
Por su parte, el jefe de Medio Ambiente del Puerto de Barcelona, Jordi Vila, explicó que el Aida Nova tiene un suministro desde una gabarra de unos 2.000 metros cúbicos de GNL y reafirma la importancia de su llegada al puerto “es un barco que marca una nueva época, un nuevo camino”.
El 58 por ciento de los cruceros que atracan en Barcelona tienen menos de 10 años y el puerto trabaja en la electrificación de los muelles (los barcos atracados dejarían de utilizar sus generadores, causantes de una gran contaminación) e incentiva la presencia de los barcos más nuevos y responsables ambientalmente a través de beneficios en las tarifas.
El puerto toma en cuenta la posible declaración del Mediterráneo como zona de Control de Emisiones de óxido de azufre, lo cual obligará a que el contenido máximo permitido de azufre en los combustibles marinos sea del 0,1 por ciento y no el 0,5 por ciento previsto para la flota mundial en enero del próximo año.
En este sentido, el uso del GNL como combustible reduce en un 80 por ciento las emisiones de óxidos de nitrógeno y elimina por completo los óxidos de azufre y las partículas en suspensión.
“Las emisiones de la actividad portuaria del Puerto de Barcelona contribuyen entre un 5 y un 10 por ciento en los niveles de contaminación de la ciudad”, explicó Vila.
“La parte que más contribución tiene es el tráfico rodado en la propia ciudad”, añadió.
En 2018, el Puerto de Barcelona recibió a unos tres millones de cruceristas y 830 escalas, hecho que marcó un récord histórico.
De acuerdo con Vila, en noviembre de 2019 llegará el Costa Esmeralda, otro crucero propulsado por GNL, y se espera que en dos años haya cinco nuevos cruceros propulsados por GNL operando en el puerto.
