El MS Ocean Victory, operado por la recién creada línea española Alma Cruceros, fue detenido en el Puerto de Málaga, tras una solicitud legal del agente general del buque, Grupo Lantimar, por lo que se encuentra embargado, de acuerdo a información de Cruise Mapper.
El barco permanece atracado con toda la tripulación a bordo mientras las autoridades y representantes de la compañía esperan la siguiente fase del procedimiento.
Alma Cruceros, que inició su viaje inaugural poco más de un mes antes, el 18 de abril, se había consolidado como proveedor de viajes de lujo por el Mediterráneo. Su itinerario inaugural partió de Las Palmas de Gran Canaria y finalizó en Málaga, tras lo cual la compañía solo realizó dos viajes adicionales antes de una abrupta suspensión operativa.
El 9 de mayo, se notificó a los agentes de viaje la cancelación de una salida programada para el 11 de mayo. A pesar de las promesas de más información, el barco ha permanecido inactivo desde esa fecha.
Hasta el momento, Alma Cruceros no ha emitido un comunicado oficial sobre la detención del Ocean Victory ni sobre el futuro de sus operaciones de cruceros. Sin embargo, existen informes que sugieren que la compañía podría enfrentarse a una suspensión inminente de pagos y la posible rescisión de los contratos de la tripulación, aunque estas cifras aún no han sido confirmadas por fuentes oficiales.
El Ocean Victory es propiedad de SunStone Ships y fue fletado por Alma Cruceros para su navegación estacional en el Mediterráneo. Durante la temporada baja, el barco estaba programado para operar bajo el programa Albatros Expeditions en aguas antárticas.
Originalmente concebido como un producto de alta gama dirigido a una clientela adinerada, pero ante la creciente presión comercial, la línea de cruceros revisó su modelo de precios, reduciendo las tarifas semanales de aproximadamente USD 6.750 por pasajero a unos USD 2.250, adoptando un enfoque de cruceros boutique con un mayor atractivo.
Fuentes del sector han vinculado las dificultades de Alma Cruceros a una combinación de complejas exigencias logísticas y un bajo rendimiento financiero. Estos factores, sumados al tiempo limitado de operación y a un rápido ajuste de su posicionamiento en el mercado, parecen haber contribuido a la actual inmovilización del buque y a la incertidumbre general que rodea la viabilidad de la marca.
